Caminata por Alfondeguilla
Desde la Plaza de la Diputación de Alfondeguilla iniciamos nuestra ruta hacia el norte por una empinada pista que discurre por el margen izquierdo del Río Belcaire. La mañana está muy húmeda debido a la tormenta de la noche anterior y a la niebla baja que no permite ver ni las cumbres de las montañas circundantes.
A unos 3 km de nuestra salida nos desviamos a la izquierda para tomar otra pista que bordea el Barranco de Eslida. Por ella transitaremos durante casi 5 km más, siempre cuesta arriba. A nuestra derecha, la población de Eslida se nos presenta como una aparición, iluminada por el, probablemente, único rayo de sol de la mañana. A la altura del Castillo de Castro, el cual no visitamos hoy, iniciamos el descenso por el siempre complicado Barranco del Horcajo (o de Cantalobos), más si cabe tras las abundantes lluvias de este invierno que han borrado cualquier vestigio del sendero que transcurría por él.
Reencontrados de nuevo con el sendero, comenzamos de nuevo a subir hasta unas antiguas minas de cinabrio, mineral del que se extrae el mercurio. El oscuro pozo vertical que se adentra en las profundidades de la tierra impresiona un poco, la verdad. Justo al lado se encuentra un enorme alcornoque centenario, junto al cual nos hacemos la foto de grupo del día.
El regreso lo realizamos por un sendero inédito para nosotros y que desciende prácticamente en vertical (40% de desnivel) hasta el pueblo por un terreno muy resbaladizo, lo que hace la travesía tremendamente complicada y, en algunos momentos, peligrosa. Pero bien está lo que bien acaba y ya tenemos ante nosotros las primeras casas de Alfondeguilla, nuestro punto de partida.
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